miércoles, 30 de septiembre de 2020

TYC 18 "Dios es Libertario", ¿de la Biblia al Libre Mercado?

 





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En el programa anterior hicimos un alto en esta secuencia para hacer un podcast especial a propósito del tema medio ambiental que en el último tiempo ha ganado un enorme presencia mediática y hoy vamos a hacer otro programa especial porque la realidad actual ha superado todas nuestras conversaciones de hace unos meses, incluso la discusión ecológica que iba al alza. Porque todo ha sido eclipsado por la irrupción de la pandemia del coronavirus, el ahora célebre COVID-19.


Con el paso del tiempo, mientras tratamos de aprender a convivir con el famoso virus, ha quedado de manifiesto que esta pandemia no sólo tiene su efecto directo sobre las cifras de mortalidad que se disparan en todas partes, sino que además trae consigo una gravísima crisis en el campo económico. Esta dimensión económica del coronavirus es quizás tan grave como la pandemia en sí, porque resulta evidente que incluso después de que se controle la enfermedad – en un año o dos – las consecuencias económicas van a continuar entre nosotros por un buen tiempo. Y si el daño económico hasta hoy ya es abrumador, podemos imaginar lo que nos espera en los próximos años.

 

Así que, en resumen, de la crisis sanitaria del COVID – 19 transitamos rápidamente a sus también dramáticas consecuencias económicas, que ya golpean al mundo y auguran que este y los próximos años serán muy difíciles, quizás incluso mucho tiempo después de que hayamos superado la pandemia del coronavirus. Y ya que el COVID – 19 nos obliga a plantearnos la situación económica, quiero invitarte hoy día a echar un vistazo, aunque sea de manera fugaz, a una discusión que ya lleva un tiempo rondando a círculos cristianos, intelectuales y académicos, una problemática que espero te servirá para vislumbrar las complejas e inesperadas conexiones entre la Biblia, el cristianismo y la cuestión económica. Así te invito en este episodio 17 del podcast, con el título “Dios es Libertario, ¿de la Biblia al Libre Mercado?”, a que repasemos un viejo problema bajo una nueva luz.

 

Hoy vamos a recorrer distintos pasajes de las escrituras, pero vamos a tener una atención particular en el evangelio de Lucas, dado que, como lo ilustraremos luego, desde un tiempo a esta parte el tercer evangelio ha dado pie a dos interpretaciones diametralmente opuestas acerca de la relación entre la economía por un lado y por otro la Biblia o la tradición judeocristiana. Para que te hagas una idea de qué estamos hablando te diré que en décadas recientes Lucas ha sido bautizado como “el evangelista socialista” ¿qué tal? Dicho en otras palabras, hay personas que interpretan el tercer evangelio como con algún grado de sintonía con una visión socialista de la economía o de la sociedad. Por otro lado, en el programa de hoy, nos vamos a encontrar con una lectura diametralmente opuesta, lo que nos servirá a nuestro propósito de ilustrar los contradictorios discursos que circulan en nuestro convulso y pandémico mundo moderno a la hora de relacionar las enseñanzas de la Biblia y la ciencia económica.

 

Bueno, entremos en materia. Supongo que si te digo socialismo o socialista no será necesario entrar en mayores definiciones, todos tenemos una idea de lo que significan estos términos. Pero si te digo libertario o libertarismo… Hm, aquí sí que hace falta detenerse un momento y precisar de qué hablamos ¿verdad? Ok, hagamos un poco de historia. Henry Louis Mencken y JayNock, ambos asociados al periodismo de derecha en Estados Unidos, fueron los primeros en adoptar el concepto libertario en el sentido ideológico en el que se usa hoy. Mencken fue en su tiempo un famoso escritor, periodista, columnista y crítico cultural norteamericano de ancestro alemán. Mencken era conservador, republicano y anti religioso. Entre paréntesis un recordatorio de que el partido republicano en la primera mitad del siglo XX era un partido secular, no la reserva de la derecha evangélica que vemos hoy. Más aún Mencken era ateo y seguidor de Nietzsche; de hecho fue uno de los primeros en introducir a Nietzsche en el público norteamericano. Sip, Nietzsche de nuevo, vigésima vez que aparece en este podcast, pero así es la historia. Bueno, Mencken adoptó el término “libertarian” – libertario – para referirse a la derecha republicana norteamericana contraria al presidente Franklin Delano Roosevelt y al “New Deal”; para más detalles te invito a escuchar el episodio 7 del podcast “Héroes Randianos” donde se explica más en detalle toda la secuencia. Para aquilatar a Mencken baste recordar una de sus frases, como cuando dijo que su ideal de gobierno era aquel en el que pareciera que no hubiera ningún gobierno. En la postguerra, después de la II Guerra Mundial, el libertarismo comenzó a perfilarse como un sector político – filosófico distintivo en la derecha norteamericana, un grupo aparte de la derecha evangélica y en 1971 se fundó en USA el Partido Libertario. Aquí nos encontramos con su principal adalid, Murray Rothbard y su libro clave “The Ethics of Liberty”. Si pudiéramos resumirlo al máximo, los libertarios al estilo Rothbard creen en la teoría del libre mercado y en lo que algunos calificarían como una derivada radical, rechazan la existencia del estado, por considerar que éste atenta y se opone a la existencia del libre mercado; Rothbard es un anarquista que cree firmemente que la existencia del Estado es inmoral. De aquí que a los libertarios se les conozca también como anarco capitalistas, esto es, siguiendo a Rothbard, creen que una verdadera sociedad de libre mercado es anarquista por definición, porque el estado es estorbo y contradicción con la economía capitalista. Ojo que hablamos de anarquía y anarquistas en un sentido distinto a los anarquistas que vemos a veces en las noticias: unos tipos encapuchados, arrojando bombas molotov y haciendo atentados. No, esta es otra forma de anarquismo, el anarco capitalismo, capitalistas que quieren eliminar el estado no para hacer una revolución en que todos sean iguales y acabar con la propiedad privada sino para asegurar la plena independencia y funcionamiento del libre mercado. Visto así, vamos a encontrar en el libertarismo anarco capitalista a una pléyade de distinguidos académicos, investigadores, empresarios, intelectuales y economistas, por lo general seguidores de la teoría austríaca, una interpretación particular de la teoría capitalista.

 

Así las cosas, te propongo que revisemos una aplicación particular de la teoría libertaria anarco capitalista al evangelio de Lucas para que veas de qué va esto. Para este ejercicio vamos a recurrir a la exposición del economista y académico español Jesús Huerta de Soto. Huerta de Soto resume su planteamiento en la frase “Dios es libertario”, lo que significa, visto lo que acabamos de explicar recién, que según este profesor Dios es un Dios del libre mercado y anarco capitalista, en otras palabras, Dios está en contra de la existencia del estado o bien el estado, como institución, es enemigo no sólo del libre mercado sino también de Dios. Como te anunciaba, Huerta de Soto recurre a la Biblia y en especial al evangelio de Lucas para hallar pruebas a su favor. Te preguntarás cuáles son esas pruebas. En aras del tiempo haremos un breve resumen.

 

En primer lugar, Huerta de Soto recurre al Génesis y a aquello de que el hombre fue hecho a la “imagen y semejanza” de Dios. Huerta de Soto entiende que en el Génesis se presenta a Dios como Creador y por lo tanto la “imagen y semejanza” de Dios en el hombre no es otra cosa que la capacidad creadora que Dios imprimió en el hombre. Pero ¿qué es esta capacidad creadora sino la capacidad humana para emprender, para crear empresas, ergo, trabajo? Por esta vía Huerta de Soto conecta la “imagen y semejanza” de Dios en el hombre con la capacidad emprendedora, la creatividad empresarial. Así que en el Génesis, por así decirlo, Dios se nos insinúa como el Dios del emprendimiento, de la empresa privada; en otras palabras, Dios es libertario.

 

En segundo lugar y siguiendo en el Génesis, Huerta de Soto se desplaza al capítulo 3, ya sabes, la historia de la serpiente y la tentación en el Jardín del Edén. Huerta de Soto interpreta este episodio como el ejemplo por antonomasia de que el Dios de la Biblia “deja hacer, dejar pasar”, es decir, deja que las cosas sucedan, porque Dios cree en la libertad humana para tomar decisiones. Pero no olvides que nuestro profesor es un economista, y dejar hacer en economía se traduce como… “laissez faire, laissez passer”, el principio de no interferencia en los mercados, la consigna clásica del liberalismo político y económico desde el siglo XVIII. Entre paréntesis, hay líderes del liberalismo económico que son críticos del “laissez faire”, como el austriaco Hayek por ejemplo, pero no es el caso de Huerta de Soto, quien lee este episodio como una prueba contundente de que Dios es partidario del “laissez faire”, deja que las cosas pasen porque Dios es libertario.

 

A continuación Huerta de Soto se traslada al evangelio de Lucas y aquí amplía su exégesis sobre el Dios libertario. En Lucas 9:52-56 leemos que los discípulos son rechazados por los samaritanos y entonces Juan y Jacobo le preguntan a Jesús si quiere mandar fuego del cielo para consumir a los blasfemos; petición que Jesús rechaza de plano y prefiere seguir su camino de largo. Otra vez, Huerta de Soto encuentra aquí al Dios que deja hacer, que se somete a la libre decisión de las personas, aunque le sean contrarias, porque Dios no quiere coaccionar a las personas, porque Dios es libertario.

 

Luego Huerta de Soto salta al evangelio de Juan, Juan 6:14-15; Jesús acababa de alimentar a más de 5.000 personas con sólo unos panes y unos peces y como resultado de esta portentosa señal un grupo de la multitud quiso proclamarle rey, ante lo cual, dice el evangelista, “volvió a retirarse al monte él solo”. Para Huerta de Soto esta es otra demostración de que el Señor no está dispuesto a regalarle una vida fácil a la gente, o dicho en términos económicos actuales, Jesús está en contra de un estado de bienestar. Otra vez, Dios es un Dios libertario.

 

En quinto lugar, nuestro profesor apela a Mateo 17:24-27,

 

“Cuando llegaron a Capernaúm, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Él dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti”.

 

Para Huerta de Soto este relato de Mateo es una demostración contundente de que Jesús no pagaba impuestos y esta fue la única excepción en toda su vida. Si debemos seguir el ejemplo de Jesús, entonces no debemos pagar impuestos. Por si no estás al tanto de la visión libertaria con respecto al tema de los impuestos déjame contarte algo relativo a una de las referentes de los libertarios estadounidenses, aunque ella misma no era libertaria, y me refiero a Ayn Rand, la polémica escritora de la que hablamos más en extenso en el episodio 7 del podcast “Héroes Randianos”. Bueno, en el tema de los impuestos Ayn Rand escribió un texto, “Government Financing in a Free Society”, en el que la autora presenta la obligación de pagar impuestos como algo inmoral, casi como un robo a mano armada por medio del cual el Estado se apropia del dinero de los ciudadanos. Rand usa la expresión “At the point of a gun” (a punta de un arma), una frase que era una suerte de santo y seña del lenguaje libertario, es decir, una expresión que sintetizaba el rechazo de este sector hacia la imposición de tributos por parte del Estado sobre los ciudadanos. La misma expresión la emplea el economista austriaco Ludwig von Mises, que tuvo mucha sintonía ideológica con Rand, aunque no está claro cuál de los dos fue el primero en usar esta expresión. Así las cosas, no te sorprenderá saber que para los empresarios estadounidenses las ideas de Rand y de von Mises eran “música celestial”: obvio, ellos tampoco querían pagar impuestos. En una sociedad verdaderamente libre, como sostiene Rand, no existe el pago de impuestos. En fin, con este trasfondo ideológico en mente, volvemos al pasaje de Mateo que acabamos de leer y a la reflexión de Huerta de Soto, que al ver que Jesús no pagaba impuestos, concluye que “Jesús es uno de los nuestros”, Jesús es libertario, ergo, Dios es libertario.

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