martes, 25 de septiembre de 2012

Gollum vs Golem





Los salmos. Tolkien. “El Señor de los Anillos”. Cosas aparentemente inconexas ¿verdad? ¿Qué relación pudieran tener los salmos con un éxito de taquilla de la industria del cine? ¿Qué tendría en común el salterio con el célebre autor británico? Bueno, aunque nos parezca extraño hay una sorprendente historia que une aquello que, prima facie, se diría que no tiene ninguna relación entre sí. En nuestra reflexión anterior comenzamos un viaje por el mundo fílmico (ver “La Pequeña Era del Hielo”, agosto 2012), un viaje que continuaremos ahora con el cine fantástico de “El Señor de los Anillos” y la insospechada derivada de una lectura bíblica común.

La fantasía es un rasgo esencial del séptimo arte, un rasgo que la industria fílmica ha explotado con éxito incluso en una rama aparte como es la ciencia ficción (sobre el origen de la ciencia ficción ver “Sueños de Ciencia Ficción”). Pero mientras casi siempre la ciencia ficción mira hacia el futuro, el cine de fantasía – fantasía a secas – suele mirar hacia el pasado, ya sea un pasado real o imaginario, para recrearlo en condiciones que superan la realidad histórica. En búsqueda de relatos que alimenten esta producción, hace rato que el cine ha volcado su mirada hacia la literatura de género fantástico. La célebre historia de Tolkien, “El Señor de los Anillos”, un éxito de ventas mundial, era un candidato obvio para llevar a la gran pantalla. Puesto que tanto el libro así como la película son ampliamente conocidos, centraremos nuestra atención por ahora en uno de sus personajes: Gollum. Para quienes vieron la película su rostro y apariencia son inconfundibles: una criatura con rasgos humanos, pero que claramente no es humano.

Ahora bien, ¿de dónde sacó Tolkien la idea de un personaje como Gollum? La pregunta se ha formulado muchas veces y la respuesta ha dado lugar a una pequeña pero interesante polémica. Por lo común se señala que el nombre viene del ruido que hacía la criatura al comer, un ruido extraño, tan extraño como todo lo que rodea a Gollum. Pero otros apuntan en una dirección distinta. Gollum suena muy parecido a Golem. Pero ¿qué es Golem? O mejor dicho, ¿quién es Golem? Para nosotros, los latinoamericanos, el nombre Golem no nos dice nada, pero en la tradición literaria de la Europa central Golem es un nombre con larga data, y lo que resulta más revelador aún, es el nombre de una criatura fantástica. ¿Interesante verdad? Así que al igual que Gollum, el Golem es una criatura fantástica. Entonces, ¿de dónde viene, cuál es el origen del Golem? Aquí la historia se pone aún más entretenida. El Golem es un habitante de la mitología judía, un personaje del folklore milenario de los judíos de Centroeuropa. El origen de esta leyenda judía se encuentra en la literatura hebrea, tanto la Torah como la literatura medieval posterior, como el Sefer Yezirah. Pero vamos por parte, primero la Biblia.

La palabra Golem aparece una sola vez en la Biblia (hápax legomena), en el salterio:

Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro fueron escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”. Salmo 139:16.

El término embrión traduce el hebreo Golem (INLB); notar que es la única aparición de esta palabra en la Reina Valera. En la Authorized Version inglesa se habla de “substance”, una sustancia. El pasaje se refiere inequívocamente al feto dentro del vientre materno. Hasta ahí nada especial. Pero las cosas comenzaron a cambiar a medida que se desarrollaron los comentarios talmúdicos relativos a este pasaje. Por un lado los rabinos estaban expuestos a la presión de la cultura helenista que invadía todo el mediterráneo oriental, con las correspondientes lecturas platónicas y aristotélicas en juego; de ahí que pronto se interpretara Golem en términos filosóficos como materia sin forma (notar las implicancias del lenguaje aristotélico). Pero por otro lado, los rabinos estaban inmersos asimismo en creencias estrictamente judías acerca del poder de las palabras del texto sagrado, como se puede rastrear en el Sefer Yezirah (el Libro de la Creación, texto cosmogónico y místico judío escrito probablemente en Palestina entre los siglos III y VI DC): allí se expresa la creencia judía en el poder creador de las letras que componen el Nombre de Dios y en general de todas las palabras que componen la Torah. Dentro de esa atmósfera de profundo misticismo no resulta tan raro entender el origen de la leyenda del Golem: los rabinos (o mejor, algunos rabinos) alcanzaron un conocimiento secreto para dar vida usando las palabras hebreas de la Torah, literalmente lograron el poder de crear una criatura (el Golem) usando las palabras bíblicas correctas. Esta criatura, el Golem, nace en medio de un ritual místico de los sabios judíos que prueban, por así decirlo, el poder creador de la Palabra de Dios. Puesto así, la leyenda del Golem se nutre del encuentro del misticismo y el esoterismo judío, casi en los lindes de la magia. Todo indica que fue entre los judíos askenazitas de Europa central (Alemania, Bohemia, Austria), entre los siglos XII y XIII, que se formuló la leyenda del Golem. La naturaleza misma de esta criatura mística está cruzada por las leyendas judías, la kábala y otras disciplinas más heterodoxas, como la alquimia (un paralelo no judío es el “homunculus” de Paracelso). El caso moderno más famoso de la creación del Golem corresponde al rabí Juda Loew de una conocida sinagoga de Praga (siglo XVIII).

La leyenda del Golem pronto traspasó los límites del mundo judío y se hizo conocida (y hasta popular) entre el público no judío de Europa central. Las primeras novelas sobre el Golem aparecieron en alemán en el siglo XIX y hay quienes sostienen que bien pudo ser un antecedente para alimentar la imaginación de Mary Shelley en la creación de Frankenstein. En el siglo XX el Golem se convirtió en un personaje de la novela así como del teatro y el ensayo, acaso la más notable de cuyas producciones fue la del bávaro Gustav Meyrink (1868-1932), que pasó varios años en Praga y dio vida a un relato envuelto en una atmósfera de misterio y terror (Der Golem, 1915). Del mundo literario el Golem saltó al campo musical (sinfonías de por medio) e incluso al cine mudo (la primera película data de 1920). En medio de toda esta producción artística es que surge la pregunta, ¿qué contacto tuvo Tolkien con la historia del Golem? Como buen lector y notable filólogo es un hecho que Tolkien tuvo pleno conocimiento de la leyenda del Golem, pero la cuestión es, ¿pudo inspirar su personaje Gollum del Señor de los Anillos? Hay buenas razones para conjeturar una relación. Muchos investigadores han postulado la posibilidad de que la célebre obra de Tolkien esté conectada con sus dramáticas experiencias personales en la Primera Guerra Mundial. De hecho no son pocos los que ven en los horribles y monstruosos orcos una velada referencia a los soldados alemanes. Si la conexión con la guerra es correcta, entonces quizás la relación Gollum - Golem sea más segura. Hay que tener presente, como señaláramos antes, que para la primera guerra mundial el Golem era un personaje muy popular al menos en la literatura. Más aún, el Golem era un personaje del mundo de habla alemana, otra vez los enemigos de 1914. Valdrá la pena recordar que Gollum no es precisamente un personaje adorable en la obra de Tolkien, como tampoco lo fueron los alemanes que le tocó enfrentar a Tolkien.

De una palabra perdida del salterio, pasando por el misticismo de los rabinos, transformado en leyenda medieval y éxito de ventas posterior, guerra mundial mediante hasta llegar finalmente a la lectura y escritos de un autor inglés, por último a la gran pantalla del siglo XXI. ¿Será posible?

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