lunes, 9 de noviembre de 2015

CURSO: LA INGLESIA EN INTERNET, COMUNICANDO EL MENSAJE EN LAS REDES SOCIALES




¿Sabía usted que el primer servicio religioso online se llevó a cabo con motivo de la tragedia del transbordador Challenger en enero de 1986 que mató a sus siete tripulantes? Internet es sin duda uno de los mayores fenómenos de la vida actual y al mismo tiempo una frontera, a la vez real e imaginaria, que distingue de manera absoluta nuestro mundo del de las generaciones que nos precedieron. Para cualquier persona es casi impensado alcanzar el pleno disfrute de los beneficios de la vida moderna sin estar “conectado”. En educación, salud, trabajo y entretención, por nombrar algunas áreas, nuestras mejores posibilidades están a un “click” de distancia.

Lo que subyace a esta realidad es el increíble desarrollo de nuevas tecnologías, agrupadas bajo la rúbrica común de “tecnología digital”, que han revolucionado la forma en que nos comunicamos. La telefonía, la televisión, la radio y el cine han visto el impacto de este desarrollo. Filósofos, intelectuales e investigadores nos advierten que esa conexión no es gratis, no es neutra: afecta la manera en que las personas se desarrollan personal, social y culturalmente. El impacto es tan profundo que altera incluso la forma en que usamos el lenguaje.

En el mundo offline, dominado por las economías de escala de la producción masiva para un público de masas, como ocurría hasta el siglo XX, sólo los más fuertes, con generosos presupuestos de marketing y enormes departamentos de comunicaciones, podían darse el lujo de invertir para enviar su mensaje a las grandes audiencias. Pero la irrupción de la tecnología digital, de Internet y las redes sociales, cambió completamente el panorama. En el nuevo mundo de la cibercultura los chicos pueden competir con los grandes, de hecho los chicos ahora pueden ser competitivos a un nivel local y global. No son pocos los ejemplos de veinteañeros, recién salidos de la adolescencia, que tienen sus canales online donde suman decenas y cientos de miles de seguidores. Y es que la red hace posible lo que hace un par de décadas habría sonado a fantasía: alcanzar a grandes audiencias a un costo ínfimo, y en muchos casos enteramente gratis. Para el mundo evangélico, una minoría en Latinoamérica y en Chile, esas son buenas noticias. Claro que no todo lo que brilla en la red es oro: como en otros órdenes de la vida, en Internet se reproduce lo mejor y lo peor del ser humano.

Para bien o para mal, las transformaciones de esta nueva civilización han llegado para quedarse, no hay vuelta atrás, cuestión que supone un nuevo desafío para la Iglesia. Si el futuro de la Iglesia está en la juventud, entonces es tiempo de ocuparse de lo que está pasando en la red. Todos los datos confirman que los jóvenes, incluso los niños, pasan gran parte del día conectados a la red y consumiendo lo que ésta les ofrece. En el lenguaje de los expertos son nativos digitales, personas que “nacieron” conectadas. Por otro lado, las congregaciones evangélicas maduras enfrentan el problema de la “brecha digital” o de la dificultad para extraer el máximo uso posible de la red, sobre todo de sus integrantes de mayor edad, mucho menos versados en las nuevas tecnologías.

Si Internet en general y las redes sociales en particular ofrecen oportunidades y desafíos para comunicarse a audiencias que antes nos parecería muy difícil y costoso alcanzar, ¿están los evangélicos haciendo un buen uso de estas herramientas? ¿Aprovechan las iglesias el uso de las redes sociales para potenciar su mensaje en jóvenes y adolescentes? ¿Se han incorporado estas nuevas herramientas gratuitas al servicio de los procesos de capacitación y educación de la población evangélica? ¿Usan las congregaciones, sus profesionales y estudiantes, las redes sociales para extender aún más el mensaje de la iglesia? ¿Incluye la planificación de la iglesia local a las redes sociales como parte de sus medios de comunicación y difusión de sus mensajes? ¿Aprovecha la iglesia local el uso de las redes sociales para interactuar con la comunidad  civil en la que está inserta?

Muchas preguntas, pocas respuestas. Para ayudar en esta línea es que está disponible para el público evangélico un curso que pretende poner al día el potencial de las redes sociales a través de una secuencia simple y directa, como se indica en el siguiente detalle.


LA IGLESIA EN INTERNET: COMUNICANDO EL MENSAJE EN LAS REDES SOCIALES


PROGRAMA DEL CURSO
Unidad
Tema
Contenido
1
Introducción: Redes Sociales, Tecnología y Cibercultura

Revisión histórica del surgimiento de Internet, las redes sociales y en especial de la cibercultura y su relación con la religión
2
Lecciones del Marketing

El aprendizaje del marketing en las últimas décadas sobre el comportamiento humano en Internet y la relación entre personas y tecnología. Estudio de casos.
3
Comunicación Online

Estudio de las comunicaciones online, en qué se parecen y en qué se distinguen de las comunicaciones offline. Metodología y estrategia de una comunicación efectiva en Internet.
4
Herramientas Sociales: el Blog

El blog como herramienta social, su uso e impacto en el mundo virtual (comercio, industria, educación, política). Metodologías, estrategias y ejemplos. Construcción de comunidades virtuales.
5
Herramientas Sociales: el E-mail

El e-mail como herramienta de comunicación social. Diseño de campañas de comunicación online. Recursos en Internet.
6
Plan de Redes Sociales

Construcción de una estrategia de comunicación usando las redes sociales. Objetivos, Etapas, Controles.
7
Ética y Redes Sociales

Los problemas éticos en el uso de las redes sociales. Análisis crítico de la cibercultura y desafíos para un enfoque y comunicación cristiana.

Las lecciones las recibirá por correo electrónico en formato de presentación power point, una por mes, de modo que tenga tiempo para resolver el cuestionario que acompaña a cada unidad. El valor de cada unidad es $ 7.000 si está en Chile o de US$ 9 si está fuera de Chile. Si desea inscribirse descargue el Formulario de Inscripción (ver barra derecha), llénelo y envíelo a:

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