Los
salmos. Tolkien. “El Señor de los Anillos”. Cosas aparentemente inconexas
¿verdad? ¿Qué relación pudieran tener los salmos con un éxito de taquilla de la
industria del cine? ¿Qué tendría en común el salterio con el célebre autor
británico? Bueno, aunque nos parezca extraño hay una sorprendente historia que
une aquello que, prima facie, se diría que no tiene ninguna relación entre sí.
En nuestra reflexión anterior comenzamos un viaje por el mundo fílmico (ver “La Pequeña Era del Hielo”, agosto 2012), un viaje que
continuaremos ahora con el cine fantástico de “El Señor de los Anillos” y la
insospechada derivada de una lectura bíblica común.
La
fantasía es un rasgo esencial del séptimo arte, un rasgo que la industria
fílmica ha explotado con éxito incluso en una rama aparte como es la ciencia
ficción (sobre el origen de la ciencia ficción ver “Sueños de Ciencia Ficción”). Pero mientras casi siempre la ciencia
ficción mira hacia el futuro, el cine de fantasía – fantasía a secas – suele
mirar hacia el pasado, ya sea un pasado real o imaginario, para recrearlo en
condiciones que superan la realidad histórica. En búsqueda de relatos que
alimenten esta producción, hace rato que el cine ha volcado su mirada hacia la
literatura de género fantástico. La célebre historia de Tolkien, “El Señor de los Anillos”, un éxito de
ventas mundial, era un candidato obvio para llevar a la gran pantalla. Puesto
que tanto el libro así como la película son ampliamente conocidos, centraremos
nuestra atención por ahora en uno de sus personajes: Gollum. Para quienes vieron
la película su rostro y apariencia son inconfundibles: una criatura con rasgos
humanos, pero que claramente no es humano.
Ahora
bien, ¿de dónde sacó Tolkien la idea de un personaje como Gollum? La pregunta se
ha formulado muchas veces y la respuesta ha dado lugar a una pequeña pero
interesante polémica. Por lo común se señala que el nombre viene del ruido que
hacía la criatura al comer, un ruido extraño, tan extraño como todo lo que
rodea a Gollum. Pero otros apuntan en una dirección distinta. Gollum suena muy
parecido a Golem. Pero ¿qué es Golem? O mejor dicho, ¿quién es Golem? Para
nosotros, los latinoamericanos, el nombre Golem no nos dice nada, pero en la
tradición literaria de la
Europa central Golem es un nombre con larga data, y lo que
resulta más revelador aún, es el nombre de una criatura fantástica.
¿Interesante verdad? Así que al igual que Gollum, el Golem es una criatura
fantástica. Entonces, ¿de dónde viene, cuál es el origen del Golem? Aquí la
historia se pone aún más entretenida. El Golem es un habitante de la mitología
judía, un personaje del folklore milenario de los judíos de Centroeuropa. El
origen de esta leyenda judía se encuentra en la literatura hebrea, tanto la Torah como la literatura
medieval posterior, como el Sefer
Yezirah. Pero vamos por parte, primero la Biblia.
La
palabra Golem aparece una sola vez en la Biblia (hápax
legomena), en el salterio:
“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro fueron escritas
todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”.
Salmo 139:16.
El
término embrión traduce el hebreo Golem (INLB); notar que es la única
aparición de esta palabra en la Reina
Valera. En la Authorized Version inglesa se
habla de “substance”, una sustancia. El
pasaje se refiere inequívocamente al feto dentro del vientre materno. Hasta ahí
nada especial. Pero las cosas comenzaron a cambiar a medida que se
desarrollaron los comentarios talmúdicos relativos a este pasaje. Por un lado
los rabinos estaban expuestos a la presión de la cultura helenista que invadía
todo el mediterráneo oriental, con las correspondientes lecturas platónicas y
aristotélicas en juego; de ahí que pronto se interpretara Golem en términos
filosóficos como materia sin forma (notar las implicancias del lenguaje
aristotélico). Pero por otro lado, los rabinos estaban inmersos asimismo en
creencias estrictamente judías acerca del poder de las palabras del texto
sagrado, como se puede rastrear en el Sefer
Yezirah (el Libro de la Creación , texto
cosmogónico y místico judío escrito probablemente en Palestina entre los siglos
III y VI DC): allí se expresa la creencia judía en el poder creador de las
letras que componen el Nombre de Dios y en general de todas las palabras que
componen la Torah. Dentro
de esa atmósfera de profundo misticismo no resulta tan raro entender el origen
de la leyenda del Golem: los rabinos (o mejor, algunos rabinos) alcanzaron un
conocimiento secreto para dar vida usando las palabras hebreas de la Torah , literalmente lograron
el poder de crear una criatura (el Golem) usando las palabras bíblicas
correctas. Esta criatura, el Golem, nace en medio de un ritual místico de los
sabios judíos que prueban, por así decirlo, el poder creador de la Palabra de Dios. Puesto
así, la leyenda del Golem se nutre del encuentro del misticismo y el esoterismo
judío, casi en los lindes de la magia. Todo indica que fue entre los judíos
askenazitas de Europa central (Alemania, Bohemia, Austria), entre los siglos
XII y XIII, que se formuló la leyenda del Golem. La naturaleza misma de esta
criatura mística está cruzada por las leyendas judías, la kábala y otras
disciplinas más heterodoxas, como la alquimia (un paralelo no judío es el “homunculus” de Paracelso). El caso
moderno más famoso de la creación del Golem corresponde al rabí Juda Loew de una
conocida sinagoga de Praga (siglo XVIII).
La
leyenda del Golem pronto traspasó los límites del mundo judío y se hizo
conocida (y hasta popular) entre el público no judío de Europa central. Las
primeras novelas sobre el Golem aparecieron en alemán en el siglo XIX y hay
quienes sostienen que bien pudo ser un antecedente para alimentar la
imaginación de Mary Shelley en la creación de Frankenstein. En el siglo XX el
Golem se convirtió en un personaje de la novela así como del teatro y el
ensayo, acaso la más notable de cuyas producciones fue la del bávaro Gustav
Meyrink (1868-1932), que pasó varios años en Praga y dio vida a un relato
envuelto en una atmósfera de misterio y terror (Der Golem, 1915). Del mundo literario el Golem saltó al campo
musical (sinfonías de por medio) e incluso al cine mudo (la primera película
data de 1920). En medio de toda esta producción artística es que surge la
pregunta, ¿qué contacto tuvo Tolkien con la historia del Golem? Como buen
lector y notable filólogo es un hecho que Tolkien tuvo pleno conocimiento de la
leyenda del Golem, pero la cuestión es, ¿pudo inspirar su personaje Gollum del
Señor de los Anillos? Hay buenas razones para conjeturar una relación. Muchos
investigadores han postulado la posibilidad de que la célebre obra de Tolkien
esté conectada con sus dramáticas experiencias personales en la Primera Guerra Mundial. De
hecho no son pocos los que ven en los horribles y monstruosos orcos una velada
referencia a los soldados alemanes. Si la conexión con la guerra es correcta,
entonces quizás la relación Gollum - Golem sea más segura. Hay que tener
presente, como señaláramos antes, que para la primera guerra mundial el Golem
era un personaje muy popular al menos en la literatura. Más aún, el Golem era
un personaje del mundo de habla alemana, otra vez los enemigos de 1914. Valdrá
la pena recordar que Gollum no es precisamente un personaje adorable en la obra
de Tolkien, como tampoco lo fueron los alemanes que le tocó enfrentar a Tolkien.
De una
palabra perdida del salterio, pasando por el misticismo de los rabinos,
transformado en leyenda medieval y éxito de ventas posterior, guerra mundial
mediante hasta llegar finalmente a la lectura y escritos de un autor inglés,
por último a la gran pantalla del siglo XXI. ¿Será posible?
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