26 de marzo de 1997. Alertada
por un llamado anónimo, la policía de San Diego, California, ingresa al rancho
Santa Fe, haciendo un hallazgo espeluznante: 39 personas, 21 mujeres y 18
hombres, yacen muertos en los dormitorios y salas de la amplia casona, ocupada
por entonces por una agrupación conocida como Heavens Gate, la Puerta del
Cielo.
No hay señales de violencia; todos los cuerpos yacen en posición
horizontal, de espalda. Asimismo todos visten lo que parece un uniforme
mortuorio: camisas y pantalones negros y zapatillas Nike. Sobre las vestimentas
una cobertura (suerte de sudario) de color púrpura con una etiqueta impresa y
la leyenda: "Heavens Gate, Away Team" (Equipo de salida, Puerta del
Cielo). En una oficina los policías encuentran un computador encendido y una
página web que anuncia: "Alerta roja: Hale-Bopp cierra la Puerta del Cielo".
Junto a esta perturbadora puesta en escena los policías encuentran además
cintas de vídeo y al revisarlas observan incrédulos mensajes de despedida de
quienes, en sus últimas horas en este mundo, deciden dejar un testimonio para
explicar lo que dicen es un paso trascendental en sus vidas. En los rostros de
quienes se van a inmolar no hay atisbos de temor o angustia, más bien
serenidad, convicción, incluso alegría. En Estados Unidos y el mundo la noticia
despierta horror e incredulidad. ¿Cómo es posible? ¿Quiénes eran estas personas
y por qué hicieron una cosa así?
El año 1997 fue generoso en todo
tipo de noticias, pero dos en particular sobrecogieron al mundo entero: el
suicidio colectivo de Heavens Gate y casi medio año después la muerte de la
princesa Diana de Gales. Con el paso del tiempo este segundo evento eclipsó al
primero, tal vez por esa tendencia tan humana a recordar más lo que nos agrada
(la imagen de una mujer joven, hermosa y famosa como la princesa) que aquello
que nos perturba (las muertes espantosas e inexplicables en el Rancho Santa
Fe). Pero el terrible desenlace de la secta Heavens Gate merece ser recordado
al menos por la sencilla razón de que tiene mucho más que decirnos sobre el
mundo en el que vivimos que la trágica muerte de la bella princesa.
Marshall Herff Applewhite
(1932-97) y Bonnie Lou Nettles (1928-85) fueron los fundadores de la agrupación
que se conoció a mediados de los años setentas como Heavens Gate. Applewhite
era hijo de un tradicionalista pastor presbiteriano del sur, recordado por su
actividad evangelizadora y de fundación de iglesias. Criado en un hogar
cristiano, el hijo siguió el camino del padre ingresando al seminario, pero
luego de dos años Applewhite se retiró para dedicarse a estudiar música. Se
tituló, se casó y tuvo dos hijos. Pero un affaire homosexual con un estudiante
lo obligó a cambiar de trabajo y cuando más tarde su esposa se enteró de todo,
lo abandonó llevándose a sus hijos. Sus relaciones con hombres y mujeres
revelan una naturaleza bisexual en Applewhite, cuestión que alimentaría los
posteriores estudios de corte psicoanalista: criado en un asfixiante ambiente
cristiano conservador, la crisis de su identidad sexual gatilló traumas
personales que a su vez alimentaron su conversión en un líder sectario
autoritario. O al menos así lo pensaron los sicoanalistas. No menos sinuosa fue
la vida de Bonnie Nettles. Hija de una familia bautista de Texas, la suya fue
una relación más bien formal con la educación cristiana. Una vez en la adultez
volcó su interés en la astrología y la adivinación, así como en la
espiritualidad New Age, lo que explicaría su inclinación hacia la ufología y las
historias de contactos con extraterrestres.
Applewhite y Nettles se
conocieron en 1972, en momentos en que ambos cargaban a cuestas con crisis
matrimoniales y él además sufría la muerte de su padre. De hecho, Applewhite se
internó en una institución mental donde Nettles trabajaba como enfermera. Un
adivino le había predicho que su vida cambiaría cuando conociera a un hombre de
características muy similares a las de Applewhite. Quizás por todo ello
hallaron el uno en el otro su alma gemela, viviendo juntos para no separarse
más. Aunque el marido de Nettles tomó esto como la señal definitiva de
separación, todo indica que la nueva pareja no tuvo vida sexual: la suya fue
una relación platónica de fuerte carácter espiritual. Sea cual sea la razón de
esta convivencia célibe (aunque algo veremos luego), lo cierto es que marcaría
el inicio de una abstinencia sexual que impondrían después a sus seguidores.
Pero quizás lo más importante del encuentro de ambos es que juntos descubrieron
cuál era la razón de sus vidas: estaban predestinados para entregar un mensaje
evangelizador y advertir a la humanidad sobre el inminente fin del mundo.
Prima facie, la doctrina que
sustentaba a la secta Heavens Gate parece una bizarra amalgama de ideas
desquiciadas, pero una investigación más meticulosa permite situar a la secta
en el cruce de diferentes ideologías y movimientos firmemente arraigados en la
historia del siglo XX. En lo ideológico, Applewhite y Nettles llevaron a cabo
una fantástica fusión de elementos cristianos y del New Age. De este último
destacan sin duda el fenómeno OVNI / UFO (la idea de que visitantes
extraterrestres observan y asisten el desarrollo de la humanidad a lo largo de
la historia), el énfasis en poderes psíquicos y sanaciones, espiritismo, así
como un pragmático sincretismo. Con respecto al cristianismo, el uso recurrente
de la King James Version (KJV), la versión por excelencia del protestantismo
conservador norteamericano, revela la huella de la infancia evangélica de
Applewhite. Tal parece que la pareja tardó unos dos o tres años hasta afinar
los detalles de su nuevo evangelio y para 1975 el mensaje estaba más o menos
definido: ese año, en Waldport, Oregon, lograron unos veinte conversos, su
primer gran éxito. ¿Cuál era entonces el Evangelio de Heavens Gate?
Teniendo como trasfondo las
superventas de Erich von Däniken - "Chariots of the Gods" de 1968 y
"Gods from Outer Space" de 1970 - Applewhite y Nettles enseñaban que
la Biblia contiene el registro de las interacciones entre civilizaciones
extraterrestres y el pueblo de Israel. De hecho, Jehová, el Dios de los
hebreos, era un extraterrestre al que se le adoraba en función de su aplastante
superioridad tecnológica. De igual manera, los milagros y sanaciones descritos
en el AT eran el resultado de esa actividad extraterrestre. La historia
continúa en el NT, con la particularidad de que aquí nos encontramos con la
suprema expresión alienígena en la persona de Jesús de Nazaret. Aunque no muy
clara en todos sus detalles, la "cristología" de Applewhite y Nettles
entiende a Jesús como un extraterrestre que se encarna en forma humana y que
viene a enseñar a la humanidad cómo lograr el auto desarrollo que le permita a
su vez alcanzar el mundo superior del cual procedía el mismo Jesucristo.
Siguiendo lo que algunos investigadores llaman una hermenéutica materialista,
el "Reino de los Cielos" ofrecido por Jesús en los evangelios no
corresponde a una experiencia sobrenatural o puramente espiritual - como lo
entienden la mayoría de los cristianos - sino que es literalmente un lugar en
el cosmos (o espacio exterior) de donde procede el extraterrestre Jesucristo. A
ese nivel más avanzado los líderes de la secta lo denominan "Next
Level", y el cielo pasa a ser descrito como TELAH (The Evolutionary Level
Above Human, o el nivel evolutivo superior al humano) que Applewhite citará
recurrentemente en sus vídeos.
El uso de una hermenéutica
extraterrestre para interpretar la Biblia llevará a sorprendentes resultados.
Así, por ejemplo, en Lucas 9:28-34, el episodio de la transfiguración de Jesús
- pasaje esencial en la exégesis de la secta - se convierte en una
manifestación de su naturaleza alienígena; para Applewhite y Nettles la nube
que cubrió la cima del monte no es otra cosa que una nave espacial y la
apariencia de Jesús, el que su ropa se volviera blanca y resplandeciente, es un
atisbo del cuerpo extraterrestre superior al humano. Por cierto, el cuerpo de
quienes alcancen la resurrección prometida por Jesús es interpretado por ambos
- otra vez, en términos estrictamente materialistas - como una mutación
biológica y química, como un cuerpo material más evolucionado y superior que el
humano actual, compatible con la vida en el espacio exterior (¿un cyborg?).
Pero, como anunciamos antes, el
trasfondo evangélico de Applewhite se manifestó también en la doctrina de
Heavens Gate, aunque aquí nuevamente mezclado con consideraciones ufológicas.
Después de haber adoptado varios nombres, en sus últimos años la pareja líder
fue conocida simplemente como "los dos", una velada alusión a
Apocalipsis 11. Según ese texto, en el fin del mundo desolado por la maldad y
donde los cristianos sufren tribulación, se levantarán dos personas cuya misión
es dar testimonio del Dios verdadero. Sobra decir que Applewhite y Nettles se
consideran a sí mismos los dos testigos de la profecía apocalíptica, lo que va
de la mano con la creencia posterior que insinuará Applewhite en sus últimos
años, en el sentido de que él viene a cumplir el segundo regreso de Jesucristo,
es decir, viéndose a sí mismo como Jesucristo. En rigor, Applewhite creía que
cualquier persona podía alcanzar el grado de perfección de Jesús una vez
investido de un cuerpo extraterrestre. Pero quizás la más fenomenal
representación de la fusión entre escatología evangélica y ufología New Age se
da en su adopción modificada de la teología dispensacionalista de sectores del
protestantismo conservador. Nuevamente aquí el contexto histórico es relevante.
En 1970 Hal Lindsay publicaba "Late Great Planet Earth", una
exposición dispensacionalista versión fines del siglo XX que se convirtió
rápidamente en un súper ventas. Dado que el arrastre dispensacionalista era
particularmente fuerte en el sur (Texas) - a la vez zona preferente de acción
de la secta - es razonable que esta lectura escatológica haya permeado hasta
"los dos". Claro que en este caso la doctrina se transformó en lo que
un autor denomina "dispensacionalismo tecnológico", esto es, lo
sobrenatural de la Biblia es decodificado como alusiones a OVNIs e
intervenciones extraterrestres. Así, entonces, el rapto pretribulacional que
los dispensacionalistas aguardan como una intervención divina, para Applewhite
y Nettles es el regreso de Jesucristo en un OVNI y "el rapto de los
creyentes" tiene lugar en naves espaciales, es decir, todo en medio de un
espectacular despliegue tecnológico.
La muerte de Nettles en 1985 fue
un duro golpe que sumergió a la secta en un largo silencio del que no regresó sino
hasta 1993. Ese año Applewhite envió a su reducido grupo de seguidores en un
nuevo esfuerzo evangelizador, convencido de que el fin estaba cerca. Avisos en
los medios (influyentes como USA Today) y en internet advertían sobre el
inminente fin de la humanidad, haciendo una invitación a "dejar" el
planeta junto a ellos. No es coincidencia que el avance del calendario hacia el
año 2000 gatillara la explosión de ansias apocalípticas de las que Heavens Gate
era una más. La aproximación del cometa Hale-Bopp a finales de 1996 no pasó
desapercibida para Applewhite y su grupo, menos aún la noticia que surgió en
círculos ufológicos a los que eran adictos: el 14 de noviembre de 1996 un
astrónomo aficionado avisó en un programa radial que había fotografiado un
objeto misterioso en la estela del cometa (relato del que posteriormente
preferiría desdecirse) desatando las especulaciones sobre actividad
extraterrestre. Para Applewhite no había dudas: era la señal que habían
esperado hacía tiempo, era hora de pasar al " Next Level", justo
cuando el cometa estuviera en su perigeo, el momento de mayor aproximación a la
Tierra.
En nuestro próximo artículo veremos qué lecciones
podemos extraer de lo que pasó esa terrible tarde de marzo de 1996, cuando un
grupo de personas decidieron “dejar” este planeta y alcanzar su sueño de un “nivel”
mejor.
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