Este es el episodio 13 del podcast, titulado “Cibersexualidad,
Tecnología y Erotismo en el Siglo XXI” y como el título indica regresamos a
nuestro viaje por el mundo de la tecnología de Silicon Valley, esta vez para
explorar un poco más en detalle uno de los aspectos más impresionantes de la
tecnología digital sobre la existencia moderna y a la vez uno que solemos pasar
por alto cuando nos rendimos a los pies de Silicon Valley, las consecuencias
actuales y futuras de la cibertecnología aplicada al mundo del erotismo humano.
El
ciberespacio y la cibercultura nos confrontan con nuevos desafíos para la
sexualidad y el erotismo humanos, esta vez llevándonos a fronteras
desconocidas. En el mundo angloparlante, escenario donde se originan la mayor
parte de estos desarrollos, se habla de sextech o sexualidad tecnológica y
también de digisexuality y digisexuals (digisexualidad, digisexuales), estos
dos últimos términos introducidos en 2017 por los académicos Neil McArthur y
Markie L. C. Twist, de la Universidad de Manitoba, Canadá (en el siguiente
análisis sigo de cerca el trabajo de estos autores). La cibersexualidad o
digisexualidad vendría a ser la conducta exhibida por las personas
cibersexuales o digisexuales, estos es, personas que definen su identidad
erótica y sexual a partir del uso de la tecnología. En la cibersexualidad o
digisexualidad las experiencias sexuales son intermediadas o facilitadas por la
tecnología digital; para los cibersexuales o digisexuales las experiencias
eróticas que les brinda la tecnología vienen a ser parte integral de su
identidad sexual, para algunos incluso esas experiencias son mejores que las
relaciones sexuales con otras personas. La historia de la cibersexualidad
podría resumirse en dos fases u ondas. La primera onda corresponde a la facilidad
que supuso la tecnología para poner en contacto a una persona con otra(s) en
búsquedas románticas o sexuales. Aquí están los usos con fines sexuales de las
redes sociales, la pornografía online, sitios y aplicaciones (apps) para
encontrar parejas (Tinder la más famosa), websites para la infidelidad, sex
shops online, chats eróticos, por nombrar los casos más conocidos. Mientras la
primera onda sigue en desarrollo ya comenzó a despuntar la segunda onda de
cibersexualidad, que esta vez está asociada a tecnologías que permiten una
inmersión mucho más profunda en términos sicológicos, a través de la
Inteligencia Artificial (en inglés AI, Artificial Intelligence) y la Realidad
Virtual (en inglés VR, Virtual Reality). Lo que distingue a esta segunda onda
cibersexual con respecto a la primera, es que las nuevas tecnologías permiten
“vivir” una experiencia sexual sin que haya otra persona presente o bien que
habiendo un tercero, su presencia sea irrelevante para la experiencia.
Como recursos adicionales para profundizar en esta materia se puede consultar el libro de David Levy "Love and Sex with Robots". Sobre la visión del futurólogo británico Ian Pearson referido al sexo en el futuro cercano vale la pena revisar esta entrevista. Por su parte, la antropóloga KathleenRichardson dirige la "Campaign Against Sex Robots" (Campaña
contra los robots sexuales) que advierte sobre el peligro de las relaciones sexuales con robots y cuya página web incluye también material en castellano. En el programa mencionamos la London`s
Sex Robots Conference, pero la última versión de esta conferencia se llevó a cabo en Bruselas. La australiana Bryony Cole, que dirige el podcast "Future of Sex" y EmmaMcGowan del blog Kinky&Code, son algunas de las adalides de una visión positiva hacia la intervención de la (bio)tecnología en la sexualidad y erotismo humanos.
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